¿Qué diferencia hay entre paleta ibérica y jamón ibérico?
Aunque en un principio puede parecer que da lo mismo consumir una pieza u otra, lo cierto es que cada una tiene sus características propias.
A primera vista, su principal diferencia es su tamaño ya que la paleta procede de la pata delantera del cerdo y el jamón es la pata trasera. Por tanto su peso también es diferente. En el primer caso oscila entre los 4 y 5’5 kg mientra que para que sea considerado jamón ibérico debe de superar los 7 kg. Esto también influye en la proporción entre grasa y hueso de cada pieza, siendo la extremidad delantera la que la proporción es mayor.
El peso también influye en el tiempo de curación. Así en la paleta ibérica oscila entre los 12 y 24 meses mientras que en el jamón está entre los 15 y 36 meses.
Tanto el peso como el tiempo de curación aportan características propias que impactan en el sabor de manera sinuosa. En la paleta, al estar más cerca del hueso, podemos decir que su sabor es más fuerte y perdura más en el paladar. En cambio, el sabor del jamón es más suave. También influye la cantidad de grasa o tocino que hay en la paleta, que está más presente que en el jamón.
De este modo, al consumidor al que le gusten los sabores más intensos preferirá adquirir una paleta ibérica y a los de gustos suaves, un jamón ibérico.
Lo que si es indiferente en cuanto al sabor y a la calidad de la pieza, es conocer si se trata de la extremidad derecha o izquierda del animal ya que, aunque el animal descansa sobre una de sus extremidades traseras, éste recorre la misma distancia en el periodo de montanera.